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Cuando les explico a mis colegas extranjeros las características del modelo sindical argentino, me nacen automáticamente algunas frases repetidas:- Solamente un sindicato puede tener personería gremial. Solo uno puede tener tutela sindical y puede representar válidamente a los trabajadores. Existe un mecanismo para que otro sindicato le quite la personería, pero es tan complejo y difícil de cumplir que prácticamente podríamos decir que no existe.
- Prevalecen los sindicatos por actividad antes que los sindicatos por oficio, profesion o empresa. O sea, prevalecen los sindicatos grandes. Y verticales.
- Prevalecen los sindicatos nacionales antes que sus expresiones locales. Más allá de que esté organizado como unión o como federación, siempre es el líder sindical nacional el que vale.
- Los trabajadores están obligatoriamente representados por el sindicato que ostenta la personería, aunque no estén afiliado. Si entrás a trabajar, te representa obligatoriamente un sindicato concentrado, con una determinada orientación polìtica.
- El Estado no garantiza la democracia sindical.
- El movimiento sindical ha tenido una influencia importante en la historia argentina desde 1945.
Podríamos escribir un rìo de tinta por cada una de estas frases. Pero el concepto que atraviesa todas esas afirmaciones es uno solo: Tenemos un movimiento sindical concentrado, de tipo corporativo, con orientación nacionalista.
Lo demás son consecuencias.
Estimado Dr. Todo lo que ud. dice es cierto. Lo interesante es analizar cómo el sindicalismo siguió siendo de este modo y fortaleciéndose cada vez más debido a las características histórico políticas de este país. La proscripción del peronismo es un dato de suma relevancia en esta historia. Algún día quizás podamos conversar sobre eso. Un abrazo.
ResponderEliminarComparto lo que decís. Creo que el modelo sindical fue "fundado" en 1945, pero tuvo diversas mutaciones a lo largo de su historia argentina. El sindicalismo fue, primero la base sobre la cual Perón llegó al poder. Durante sus dos primeras presidencias, quedó reducido a ser un apéndice del Estado (sobre todo, después de la "caida" de Cipriano Reyes y el Partido Laborista). Y a partir de 1958 se convirtió en poder autónomo. Indudablemente la proscripción tuvo un lugar relevante en esta historia. Y seguramente esto que planteás va a ser motivo de futuros posteos. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarHola soy colega y asesoro algunas empresas siendo antes asesor de gremios (Obreros del Vidrio, Calzado, etc.). Me parece que la pregunta del millón aquí es cuál es el lado malo del sistema de unicidad sindical tan estricto. El lado bueno es que evita la atomización sindical que luego sufrimos todos. P. ej. conflicto UTA y Metrodelegados. No se me escapa que alguna mano estatal actúa detrás de estos últimos, con lo cual no veo cual es la ventaja de la pluralidad sindical. Un abrazo y feliz 2013. Hèctor J. Navarro
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